El matrimonio es una institución compleja que exige inversión emocional, compromiso y lealtad. Sin embargo, la infidelidad sigue siendo una amenaza común para muchas relaciones. Estudios muestran que entre el 40 y el 50% de los matrimonios en Estados Unidos terminan en divorcio, y la infidelidad juega un papel importante en muchas de esas separaciones.
Aun así, existe una realidad sorprendente: la mayoría de los hombres que engañan a sus esposas no las dejan por sus amantes. ¿Por qué sucede esto? La respuesta es más profunda y psicológica de lo que parece.
La prevalencia de la infidelidad
Según datos recopilados por la General Social Survey y publicados por el Institute for Family Studies, aproximadamente el 20% de los hombres casados en EE. UU. admiten haber sido infieles. Otros estudios indican cifras aún más altas cuando se incluyen todas las formas de relaciones comprometidas.
Por ejemplo, un estudio publicado en 2012 por el Journal of Marital and Family Therapy reveló que hasta el 57% de los hombres afirmaron haber sido infieles en algún momento de sus vidas. Aún más revelador, una encuesta realizada por IllicitEncounters.com, un sitio de citas para personas casadas, mostró que el 74% de los hombres confesarían tener una aventura si supieran que no serían descubiertos.
“Los hombres no se van. Solo lo quieren todo.”
Esta frase fue destacada en un artículo de Today.com que entrevistó a mujeres involucradas con hombres casados. Muchas de ellas afirmaron que los hombres rara vez dejaban a sus esposas por sus amantes. Aunque algunas aventuras terminan convirtiéndose en relaciones duraderas, esto es más una excepción que la norma.
Desde una perspectiva psicológica, el hecho de ser infiel pero no abandonar el matrimonio está relacionado con el miedo al riesgo, la comodidad emocional y la conveniencia. Muchos hombres buscan novedad y validación emocional, pero no desean perder la estabilidad que les ofrece su matrimonio.
Razones por las que los hombres infieles permanecen en sus matrimonios
1. Comodidad y familiaridad
Un matrimonio de largo plazo ofrece una sensación única de seguridad. Muchas esposas han acompañado a sus maridos durante años, a través de diferentes etapas de la vida. Esa familiaridad profunda crea una zona de confort que proporciona estabilidad emocional e identidad personal.
Abandonar esa seguridad por una relación nueva e incierta puede parecer un riesgo demasiado alto.
2. Responsabilidades familiares y sociales
Los hijos, los bienes compartidos, las finanzas y las relaciones con la familia extendida son factores que dificultan la separación. Muchos hombres consideran el impacto emocional que tendría el divorcio en sus hijos, especialmente cuando hay disputas por la custodia o la manutención.
Además, existe la presión social. Un hombre podría temer ser visto como el que “abandonó a su familia”, aunque haya sido infiel.
3. Miedo al cambio y a lo desconocido
El cambio genera incomodidad, especialmente en la mediana edad. El divorcio implica trauma emocional, reorganización financiera y la dificultad de volver al mundo de las citas. Muchos hombres temen perder su estilo de vida, su estatus y su rutina diaria.
Mantener la aventura en secreto les permite experimentar emoción sin tener que renunciar a la seguridad de su hogar.
4. Compartimentación emocional
Algunos hombres logran separar emocionalmente sus relaciones. Pueden seguir amando a sus esposas y, al mismo tiempo, tener un vínculo emocional o sexual con otra persona. En su mente, no están “traicionando completamente”, sino buscando lo que les falta en otro lugar.
Esta disonancia cognitiva les permite justificar sus actos y mantener ambas relaciones.
5. La amante como escape, no como reemplazo
Contrario a lo que se muestra en las películas, la mayoría de los hombres no ven a su amante como una futura esposa. Las aventuras suelen representar un refugio temporal, un alivio emocional o una fuente de validación del ego. La amante proporciona atención, admiración y novedad.
Pero cuando se enfrentan a la realidad—facturas, rutinas y responsabilidades—muchos se dan cuenta de que su amante no está preparada, ni desea, asumir el papel de pareja estable a largo plazo.
La ilusión de la “niebla de la infidelidad”
Los terapeutas llaman “niebla de la infidelidad” a ese estado mental en el que una persona idealiza a su amante, creyendo haber encontrado a su alma gemela. Sin embargo, esa percepción suele desvanecerse cuando la aventura sale a la luz o surge la posibilidad real de dejar el matrimonio.
Las relaciones basadas en el secreto y la fantasía rara vez superan los desafíos de la vida cotidiana. La pasión inicial se disipa, y cuando aparecen las expectativas, todo cambia.
Por qué muchas mujeres esperan… y pierden
Desde la perspectiva de la amante, la historia a menudo está llena de esperanza, espera y decepción. Algunas mujeres invierten emocionalmente creyendo que el hombre dejará a su esposa. Pero las estadísticas muestran que menos del 10% de los hombres casados que engañan realmente se separan de sus esposas por otra mujer.
Con el tiempo, muchas amantes abandonan la relación, agotadas emocionalmente y desilusionadas.
¿Es posible salvar un matrimonio tras una infidelidad?
Aunque la traición puede parecer el fin de una relación, hay esperanza para algunas parejas. Según la American Association for Marriage and Family Therapy, entre el 60% y el 75% de las parejas que asisten a terapia después de una infidelidad logran reconstruir su vínculo.
La clave está en la disposición mutua de enfrentar el dolor, buscar ayuda profesional y trabajar juntos para recuperar la confianza.
Conclusión
Los hombres que engañan pero no abandonan sus matrimonios no siempre lo hacen por amor a sus esposas, sino por miedo, conveniencia, presión social o apego emocional. Esta conducta, aunque no excusable, ofrece una visión más clara sobre la complejidad de las relaciones humanas a largo plazo.
El mensaje importante es este: estar en una relación comprometida—ya sea como pareja o como cónyuge—requiere claridad, respeto mutuo y límites definidos. Las infidelidades suelen ser síntomas de problemas más profundos, y enfrentarlos con honestidad es el único camino hacia la sanación.
Fuentes
- General Social Survey – NORC at the University of Chicago
- Institute for Family Studies: Who Cheats More? The Demographics of Cheating in America
- Today.com – Why married men don’t leave their wives
- American Association for Marriage and Family Therapy
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